Qué NO regalar por San Valentín

Continuamente escuchamos que un regalo salido del cariño y no del bolsillo es mejor, y el día de San Valentín es una buena ocasión para hacer gala de nuestra creatividad manifestando ese cariño que sentimos por nuestra pareja. Desafortunadamente, no todas las chicas logran impresionar positivamente a su enamorado, y lo que podría ser un día de amor y suspiros termina siendo un verdadero desastre. Aquí tienes unas ideas de lo que NO hay que hacer:


1.-Píntale un mensaje en el cielo

Aunque esto no suene del todo mal, en realidad lo que propone una conocida revista es mucho peor de lo que os imagináis. Nos aconsejan comprar estrellitas de esas que brillan en la oscuridad y pegarlas en el techo de vuestra habitación formando un mensaje tipo “ Te amo”. Lo mejor que os puede pasar es que no le veáis la cara de vaca mirando al tren, porque está la luz apagada.
Los mensajes de amor, cuanto más simples mejor. Una nota, un post-it en la nevera, o algo escrito en el espejo del baño con el dedo está bien… siempre y cuando vuestro chico sea de los que se duchan por la mañana, si no os arriesgáis a que el mensaje lo reciba tarde.

2-Ositos que hablan

Otra de las cosas que proponen es llevarle el desayuno a la cama con un osito de peluche y una rosa. Pero la cosa va más allá, el osito tiene grabado un mensaje de voz que se escucha al abrazarlo. Chicas, ¡recordad que estamos con hombres, no con bebés! A alguna de nosotras nos puede hacer gracia que nos regalen un osito, pero a ellos no, ¡nunca! Nada de ositos parlanchines a partir de los 4 años de edad.
Si quieres prepárale el desayuno, me parece una idea estupenda, pero seguro que le gusta mucho más si se lo pones en el comedor y en lugar del osito le esperas tú vestida únicamente con una de sus camisas.

3- Empapelar la habitación con posters de su ciudad favorita

Y ya de paso poner también un poster de una chica estupenda y de su comida favorita para que cene con ella. No, esa idea no nos gusta. Si no tienes dinero para invitarle a Roma, puedes llevarle a cenar a un italiano romántico, que seguro que le hace más ilusión. Pensad que los hombres son más pragmáticos que nosotras, les gusta más lo que pueden tocar, sentir y comer que lo etéreo. Ponerle la miel en los labios para que luego vean la cruda realidad no es buena idea.